miércoles, 26 de marzo de 2008

23-02-08: El 23 de Febrero celebramos el 50 Aniversario de nuestro Colegio.

Al final va a ser mentira eso que dicen de que el tiempo al final siempre acaba cobrando factura. Lo deben decir quienes cuentan los días y cuentan los meses y luego los años y descubren que la vida no les ha tratado todo lo bien que hubiesen querido. A nuestro colegio no le ha pasado nada de esto: ha cumplido 50 gloriosos años y la celebración ha estado a la altura.

Contra pronóstico, la edad le sienta bien. Ha crecido en recursos, ha ganado en experiencia y hasta le han cambiado el aspecto unas cuantas veces. Siempre habrá un álbum de fotos que cuente cómo fue entonces. Ahora sigue siendo un lugar de trabajo y de convivencia y se prepara, sin estruendo, para seguir cumpliendo años.

Un colegio debe moverse con los tiempos y, aunque conserve el nombre y el espíritu que alumbró su creación, debe también mirar en el espejo de la vida, la vida que sucede afuera y que es la que marca las pautas y los ritmos, los sutiles engranajes de la educación de sus ciudadanos. La escuela hace eso: crear ciudadanos responsables, y es desde la escuela desde donde la sociedad prepara el futuro.

Por todo esto celebrar el cincuentenario de un colegio es un motivo de hondísima alegría. Y para dar fe de ese júbilo el 23 de Febrero nos consentimos el capricho de compartirla. Lo hicimos sin pompa y sin artificio, conscientes de estar viviendo un momento histórico, asumiendo la pequeña parte que nos correspondía y festejando el trabajo de todos los que antes lo hicieron por nosotros. Muchos de ellos, por cierto, vinieron al banquete emocional y abrieron la caja de prodigios de la memoria. Hablar de la escuela es hablar de la vida. Quien no entienda esto no comprende lo que es una cosa ni la otra. Así que ese sábado espléndido fue un capricho consentido, un gesto de amor a un nombre - el de nuestro colegio - pero también, y más íntimamente, un fiesta de los sentidos. Y así vamos a recordarlo quienes tuvimos la suerte inmensa - autoridades, padres, maestros, alumnos - de presenciarlo.